El hombre del espejo 
22 diciembre 2005, 4:01 p. m.. Enlace Permanente
Hoy me he levantado y me note raro, como si no fuera yo y al llegar al baño me he dado cuenta que había un hombre en el espejo que me estaba mirando. Me imitaba, se vistia con mi ropa e intentaba vivir mi vida, pero no era yo.
Sentí un escalofrío por todo el cuerpo, senti miedo, era igual que yo pero su cara era inexpresiva, como si no tuviese vida, fría como el hielo. Era la típica cara de los mafiosos, que no sabes lo que piensan, lo que sienten, porque sus caras nunca expresan nada. No pude resisir su mirada y quite mi mirada del espejo.
Sentí que algo o alguien dentro de mi estaba intentando salir fuera, una persona conocida y al vez desconocida se estaba apoderando de mi. Empezó a pensar por mi y a tomar decisiones rápidas y efectivas sobre lo que tenía que hacer para tomarme la revancha; decía que no podía dejarlo así, tienes que devolverle el golpe, nadie nos puede hacer algo así y salir indemne de ello.
Así que se puso manos a la obra, su cabeza empezó a funcionar y al poco ya lo tenía todo decidido. Es hora de pasar a la acción. Cogió el telefono, hizo una llamada a mi "amigo" y quedó con él. Se puso mis zapatos, mi cazadora y salió a la calle a su encuentro. Habían quedado en una cafetería, un sitio público y neutral.
Por el camino yo iva diciendo que no merecía la pena, que lo dejase pasar y punto; pero el decia que no decía:
"pasa que no me esperaba que tu, mi amigo, me hicieses una cosa así". Es imperdonable, no me lo puedo creer, en serio, tu quien te crees que soy yo, yo soy David, un tio de los pies a la cabeza y que se viste por los pies. No soy un puto mindundi al que puedas manejar como una marioneta. Porque para bien o para mal tengo mi orgullo y mi dignidad, soy asi, y si no te gusta pues te jodes, pero a mi no me putea nadie.
El quería entrar en la conversación, pero la persona que me poseía no le dejaba. Me has dejado frustrado completamente, ya no me queda ni orgullo, estoy sin ganas de nada, no quiero ver a la gente, no tengo ganas de reir, y tengo que darte las gracias a ti por ello. Eso no se lo hago yo ni a mi peor enemigo, no se si me entiendes. Me engañaste y lo hiciste con conocimiento de causa y eso es lo que mas me jode, porque si tu no lo hubieses sabído vale, pero si lo sabías y le hiciste igual. Asi que aquí se acaba todo.
Mi otro yo se levantó de la mesa, pagó el vino y el café y se fue caminando. Por el camino, de vuelta a casa, su fuerza se fué apagando hasta que desapareció en lo mas adentro de mi. Cuando llegue a casa solo pude sentarme en el sofá, poner música y sumergirme en un estado vegetativo del que logre salir de madrugada. Me fui a mi cama y logré dormir unas horas
Al levantarme me mire con miedo en el espejo pero él ya no estaba. Solo estábamos mi dignidad y yo. Por fin respire tranquilo.
Hacía muchos años que no me sentía asi, ya me había olvidado de esa sensación de posesión demoníaca. Pense que la había enterrado para siempre, pero no, solo la había aletargado en lo mas profundo de mi.
Ahora que escribo esto, que ya estoy mas tranquilo y puedo verlo desde un punto de vista mas objetivo, creo que me he sentido como el Don, el Padrino de la familia Corleone. Cuanto peor estaba la situación, mas tranquilo pensaba y resolvía sus problemas de raiz para volver a estar donde se merecía su familia. Y así funcionó mi otro yo, salió de lo mas profundo, resolvió el problema y volvió a su escondite para dejarme a mi resurjir de mis cenizas como el Ave Fenix. Pero tengo que confesar que me he dado miedo.
Sentí un escalofrío por todo el cuerpo, senti miedo, era igual que yo pero su cara era inexpresiva, como si no tuviese vida, fría como el hielo. Era la típica cara de los mafiosos, que no sabes lo que piensan, lo que sienten, porque sus caras nunca expresan nada. No pude resisir su mirada y quite mi mirada del espejo.
Sentí que algo o alguien dentro de mi estaba intentando salir fuera, una persona conocida y al vez desconocida se estaba apoderando de mi. Empezó a pensar por mi y a tomar decisiones rápidas y efectivas sobre lo que tenía que hacer para tomarme la revancha; decía que no podía dejarlo así, tienes que devolverle el golpe, nadie nos puede hacer algo así y salir indemne de ello.
Así que se puso manos a la obra, su cabeza empezó a funcionar y al poco ya lo tenía todo decidido. Es hora de pasar a la acción. Cogió el telefono, hizo una llamada a mi "amigo" y quedó con él. Se puso mis zapatos, mi cazadora y salió a la calle a su encuentro. Habían quedado en una cafetería, un sitio público y neutral.
Por el camino yo iva diciendo que no merecía la pena, que lo dejase pasar y punto; pero el decia que no decía:
La venganza es un plato que se sirve en frío y cuanto mas frío mejorAsi que llegamos al sitio convenido, pedimos un vino y nos sentamos en una de las mesas del final, en una esquina, con el periódico a esperar. Al poco llegó mi "amigo", pidió un café y se sento en la mesa. Preguntó que era lo que pasaba. El cerro el periódico, le dió un trago al vino y le contesto:
"pasa que no me esperaba que tu, mi amigo, me hicieses una cosa así". Es imperdonable, no me lo puedo creer, en serio, tu quien te crees que soy yo, yo soy David, un tio de los pies a la cabeza y que se viste por los pies. No soy un puto mindundi al que puedas manejar como una marioneta. Porque para bien o para mal tengo mi orgullo y mi dignidad, soy asi, y si no te gusta pues te jodes, pero a mi no me putea nadie.
El quería entrar en la conversación, pero la persona que me poseía no le dejaba. Me has dejado frustrado completamente, ya no me queda ni orgullo, estoy sin ganas de nada, no quiero ver a la gente, no tengo ganas de reir, y tengo que darte las gracias a ti por ello. Eso no se lo hago yo ni a mi peor enemigo, no se si me entiendes. Me engañaste y lo hiciste con conocimiento de causa y eso es lo que mas me jode, porque si tu no lo hubieses sabído vale, pero si lo sabías y le hiciste igual. Asi que aquí se acaba todo.
Mi otro yo se levantó de la mesa, pagó el vino y el café y se fue caminando. Por el camino, de vuelta a casa, su fuerza se fué apagando hasta que desapareció en lo mas adentro de mi. Cuando llegue a casa solo pude sentarme en el sofá, poner música y sumergirme en un estado vegetativo del que logre salir de madrugada. Me fui a mi cama y logré dormir unas horas
Al levantarme me mire con miedo en el espejo pero él ya no estaba. Solo estábamos mi dignidad y yo. Por fin respire tranquilo.
Hacía muchos años que no me sentía asi, ya me había olvidado de esa sensación de posesión demoníaca. Pense que la había enterrado para siempre, pero no, solo la había aletargado en lo mas profundo de mi.
Ahora que escribo esto, que ya estoy mas tranquilo y puedo verlo desde un punto de vista mas objetivo, creo que me he sentido como el Don, el Padrino de la familia Corleone. Cuanto peor estaba la situación, mas tranquilo pensaba y resolvía sus problemas de raiz para volver a estar donde se merecía su familia. Y así funcionó mi otro yo, salió de lo mas profundo, resolvió el problema y volvió a su escondite para dejarme a mi resurjir de mis cenizas como el Ave Fenix. Pero tengo que confesar que me he dado miedo.
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